La picsa

* las protagonistas de la historia.

Encontrábame yo anoche, con mi humanidad postrada en la cama de la Lola Lorena a eso de las 22.30 horas, con la Pata echada en mis piernas, muerta de sueño viendo la teleserie nueva, cuando me acordé que tenía hambre y se me ocurrió preguntarles a las niñas: oye, y si pedimos picsas??

Últimamente, mi amigui Lorenita es la única que prende rápido (la Pata toma unos minutos para convencerla, pero prende igual). A los tres minutos, estábamos llamando a la Telepizza para pedir la “promo” de no sé cuánto, que era 2x1 y que hasta piña le llevaba. Después que literalmente, la niña del teléfono le preguntó a la Lore 4 veces el número de la casa, estábamos listeilor, ansiosas figurábamos nosotras esperando al motoquero que nos viniera a entregar la cena.

A los quince minutos, suena el teléfono:

-alo, la Sita Lorena?

-Con ella, si diga?

-Mire llamamos de 'Telepicsa', lamentablemente tenemos malas noticias

-Que pasó?

-Lo que pasa es que asaltaron al niño que le iba a ir a dejar la comida, y quedó tan nervioso que no va a poder ir a dejársela

-Ah… y no hay otra forma que la traigan (puta la gueona insensible por la chita!)

-No, así que le pedimos millones de disculpas por el inconveniente.

-No, no se preocupe, gracias.

Después de cagarnos de la risa por cinco minutos por la desgracia (el que le hayan robado al lolo, preguntándonos si los ladrones encontraron rica NUESTRA pizza y los palitos de ajo, y lo más importante: que nosotras estábamos cagadas de hambre y en la mitad de una dieta), llamamos a la competencia he hicimos exactamente el mismo pedido con los mismos ingredientes y hasta salió más barato.

CHATAS quedamos de tanta comida y ni la alcanzamos a terminar. Obviamente, enguatadas y con cargo de conciencia, queriendo hacer la Karen Carpenter antes de una hora de haber digerido tal banquete y hasta cantando las canciones de su grupo musical. A ese nivel de jugo.

De vuelta a mi casa, me acordé del pobre pizzero. Puta que tiene mala cueva! Por dos chauchas al pobre, y una pizza toda rasca, lo asaltan.

De ahí me puse a pensar en situaciones tragicómicas que me han pasado y llegué cagada de la risa a la casa.

Me acordé del Filippo que lo criticaron por reírse de la desgracia ajena en uno de sus posts antiguos… pero puta que entretenido es a veces…. Aunque si me pasara a mí, maldeciría a todos y cada uno de los que se rían de mí… pero los cinco minutos de talla y jugo (gracias al pobre niño que debe estar con los “nervios tomados” – lo sé, soy una mala mujer), me hicieron pensar en cuanto quiero a esas dos locas de remate que prenden con todas mis sandeces. Y na po, que también comen las picsas con los mismos ingredientes que me gustan a mí.

Pero en too caso, puta que son ricas las pizzas!